Conozco una cafetería que anuncia varios precios para un mismo café expreso.
Si en el momento de pedirlo al camarero lo hacemos con, “un café, por favor”, nos cuesta 1.20 euros
Si anteponemos unos “buenos días”, el precio se reduce hasta 1 euro.
Existe un descuento especial al 2 x 1, si la frase solicitando el café deja de ser un monólogo, al interactuar e interesarnos con la persona que nos atiende.
Cuando estuve trabajando en París, me sorprendió gratamente que después de la jornada laboral, prácticamente la totalidad de los que integrábamos el departamento de sistemas, en el piso 20 de una de las torres de ‘La Défense’ (foto), nos reuníamos en una cafetería cercana a la entrada del edificio. Era una reunión, libre y espontánea, que nos otorgaba el tiempo necesario para conocernos más entre nosotros.
Ambos casos, aunque diferentes, describen la esencialidad del tiempo que las relaciones humanas necesitan para entendernos mejor, entrando en el difícil campo del arte de comprender emociones, la empatía.
Efectivamente, hay que dejar de ser insensibles e indiferentes a ciertas relaciones, también con nuestros compañeros en nuestro lugar de trabajo.
El camino de la empatía no sólo se consigue, en comunicar, interactuar y, sobre todo, escuchar. Se trata también de responder con perspicacia y conciencia. Sin duda, arduo trabajo en aquellos casos en que más nos cuesta relacionarnos. Sin embargo, son precisamente donde el ganar/ganar más se acentúa.
La empatía es una habilidad emocional que debes entender y practicar en tu aprendizaje de líder moderno. Es una herramienta básica para un liderazgo ético y efectivo.
Me han comentado, más de una y dos veces, de la infelicidad de ciertas personas en las organizaciones. Empieza por ellas, y añade algo más a los ‘buenos días’ y al ‘hasta mañana’.